No es un ideólogo ni un intelectual de izquierda. No pretende serlo. Es músico y por lejos, la figura más excluyente del rock/pop chileno. Pero su postura política nos identifica.
Por equipo Chilepunk.cl / contacto@chilepunk.cl
No es un ideólogo ni tampoco un intelectual de izquierda. Sabemos que no pretende serlo. Jorge González es músico y por lejos, la figura más excluyente del rock/pop chileno. No sólo por lo que hizo con Los Prisioneros en esa intensa y lejana década de los 80s, o en sus notables discos como músico solista. Sino por su postura política que también ha construido su imagen sobresaliente.
Al volverse un tipo conocido, se volvió querido. Y al ser querido -bueno, también odiado-, la prensa lo empezó a buscar. Todo lo que dice genera titulares. Por eso, cuando lo encuentran, él nunca ha tenido problema en aprovechar la tribuna para vomitarles encima su rabia. Eso es lo notable. Que alguien con ese nivel de exposición pública se de el lujo de gritar algo que ya muchos pensamos. Muchos nos vimos reflejados en él. Nos gustaría ponerle la etiqueta de punk, pero quizás eso le caería mal.
Por eso, a modo de homenaje en su cumpleaños número 57 recordamos un par de momentos que nos hacen celebrarlo, esta vez no por su música, sino por su desfachatez.
Teletón 2002
Recién retornados a los escenarios, Los Prisioneros, son invitados al evento de clausura de la Teletón. Hasta ahí, todo en orden. Hasta que Jorge González toma el micrófono y comienza a disparar:
“Qué lindo, ¿no? Qué bonito que se pueda transformar una cosa en otra. Que de todo el ego gigante, de todas las ganas de figurar que tenemos los artistas, ¿no?, podamos transformarlo en ayuda a los niños. Que de toda la avaricia y sentido del bueno negocio que tienen las empresas, que pueden subir los precios, pagar menos impuestos, hacerse propaganda y con lo que consume la gente, «ayudar», se puede ayudar realmente a los niños… Queremos dedicar a toda la gente que ha figurado hoy día, a nosotros mismos, al gran Don Francisco, esta canción… y lo que necesitamos nosotros juntar, se llama ‘Quieren dinero’ “.
En medio de la canción, González empieza a repetir los nombres de empresarios que suelen utilizar ese evento como lavado de imagen: “Quiero más Luksic, quiero más Angelini”, gritó.
Al final, se bajaron del escenario con Jorge González dándole la espalda al mafioso de Don Francisco, que sólo le dio un frío apretón de manos a Claudio Narea.
El Festival de Viña y la reincidencia de González
Año 2003. Todavía en la cúspide musical chilena, Los Prisioneros se presentan por segunda vez en su historia en la Quinta Vergara. Precedido de algunas polémicas, la organización del evento obligó a la banda a firmar una cláusula en la que se comprometían a no decir nada polémico sobre el escenario. ¿La solución? Cantar todo lo que quisiera decir y que pudiese ser polémico. Cantar es distinto de hablar. El primer dardo, por supuesto, vino con la primera canción. “El curita hablando del amor de Jesús, pero cuando torturan y matan se queda callado. Esos que mataron eran comunistas anticristianos. Esos a quienes torturaron tenían vacías de armas las manos”.
De ahí en adelante, Jorge González siguió disparando contra la xenofobia, contra la guerra, contra el empresariado. Cuando bajaron del escenario, se llevaron todos los reconocimientos posibles.
En 2013, invitado como solista, volvería a generar revuelo. Pero eso es otra historia.
Puteando a un borracho
Centro Amanda, año 2011. Jorge González hace la introducción a la canción “Fe”, cuando un asistente empieza a insultarlo. El músico sin ánimo de medias tintas, por supuesto, respondió en correcto castellano:
“Cállate conchetumadre, por qué no te vai, weón (…) El único que tiene derecho a echar chuchadas acá soy yo (…) qué te creís, weón, ¿por qué no te vai, ah? ¿Para qué viniste, weón, a tomar y a echar el pelo? ¿Por qué no vai a Lollapalooza y esas weás? Te van a pegar el medio palo, van a tocar gringos y vai a estar feliz, te vai a pajear con los weones”.
Mandando a la cresta a la prensa
2003. Narea había salido una vez más de Los Prisioneros. En su reemplazo, Álvaro Henríquez, tomaba la guitarra. Los Prisioneros adelantaban nuevo disco. Pero todas las preguntas eran sobre Narea. González, molesto, pidió hablar de música y no de polémicas. Pero le siguieron preguntando. Al final, barrió con todos los micrófonos y se fue echando maldiciones. Épico.
La lista es larga y podríamos hacer un post larguísimo. Pero no da el tiempo.
¡Feliz cumpleaños querido Jorge González!
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