La rebeldía se volvió decorado. En lugar de incomodar, adorna el escaparate: artistas multimillonarios lanzan videoclips “críticos”, marcas se cuelgan de causas y todo parece subversivo… pero sin riesgos, sin costo, sin carne. Es la disidencia como estilo, no como ruptura. El mercado lo entendió antes que nadie: vacía el gesto, lo embellece y lo…